viernes, 29 de octubre de 2010

EL CUIDADO DE LOS PIES EN VACACIONES....EN LOS PACIENTES CON DIABETES.

El énfasis en el cuidado de los pies en el diabético es un tema que no debe descuidarse en ningún momento del año, y la llegada de las vacaciones obliga a algunas consideraciones especiales.


Medidas de cuidados generales


Recordemos, una vez más que, con respecto a sus pies, si Ud. es diabético debe tener presente:


inspeccionar diariamente los pies, el calzado y las medias empleadas

realizar una higiene cuidadosa, no sólo en lo relativo a la intensidad del lavado sino a la temperatura del agua, al empleo de jabones o cremas suaves y al secado minucioso para la prevención de micosis (infecciones producidas por hongos)

aplicar cremas, si la piel se nota reseca

cuidado de las uñas y su corte periódico

vigilar y no descuidar eventuales lesiones (cortes, ampollas, etc.)

Precauciones especiales durante las vacaciones
Además de estos cuidados, que no difieren de los que usted ya realiza a lo largo del año, las vacaciones demandan medidas especiales, ya que se pueden producir situaciones que podrían alterar la delicada salud de los pies.


Los puntos centrales de estos cuidados son:


Viajes o trasladosLos viajes prolongados, ya sea en automóvil, ómnibus o trenes pueden provocar edema (hinchazón) de los pies.
Por este motivo, es necesario que en lo posible cada media hora se levante de su asiento y se movilice.
Lleve puesto un calzado cómodo, expansible y blando, ya que si se produce hinchazón de los pies los calzados rígidos pueden provocar compresión o incluso ampollas.

CalzadoAdemás del calzado que lleva durante el viaje, recuerde que las vacaciones incluyen generalmente caminatas, por lo cual todo el calzado debe ser blando, y con pocas costuras.
No camine descalzo, ni aun en la playa. La arena que produce una sensación tan especial en la planta de los pies puede muchas veces ocasionar riesgo de quemaduras (por falta de sensibilidad a la temperatura, particularmente en horas del mediodía o de la tarde). También es posible que se encuentren encubiertos objetos punzantes o cortantes que podrían arruinar sus vacaciones. Emplee siempre una sandalia.

Quemaduras solaresDos de los sectores del cuerpo que no solemos tener en cuenta frente al riesgo del sol son las piernas y los pies, que suelen estar particularmente descubiertos en los días de playa del verano. Si quiere sentir la piel de los pies y las piernas libres de la cobertura de pantalones y medias, aplique la pantalla solar de la misma graduación que utiliza en el rostro y el resto de su cuerpo. Recuerde volver a aplicar una capa de estos productos si ha pasado cierto tiempo o si se ha sumergido en el agua.

Atención a la sequedad de la pielLas altas temperaturas, el sol y el agua de mar tienden a provocar (o acentuar) la sequedad de la piel. Sitios especiales como los talones suelen ser los más afectados y éste puede ser el punto de partida de grietas de la piel, con mayor riesgo de infección.
No olvide el uso de cremas postsolares, o de la misma crema de hidratación que emplea a lo largo del año, pero aplíquela más frecuentemente.

Material estéril y protectorEs conveniente que tenga a mano apósitos de limpieza, con antisépticos o sin ellos, para usarlos frente a cualquier contingencia.

Examine cuidadosamente los pies
No deje pasar por alto la aparición de ampollas, cambios de coloración de la piel o grietas en la piel. Asegúrese de disponer de una adecuada cobertura de salud en el lugar de su veraneo, para eventuales complicaciones de este tipo.

Finalmente, recuerde que las vacaciones significan un tiempo sin exigencias laborales o de estudios, con tiempos más relajados y menores responsabilidades. Sin embargo, para que el descanso sea placentero y sin sobresaltos, el cuidado de la diabetes no debe tomarse vacaciones.


PODOLOGA MARCELA A. B.

LA IMPORTANCIA DEL PODOLOGO ......EN EL PACIENTE CON DIABETES

Aunque es grande el número de profesionales o expertos que atienden, controlan y asesoran a los diabéticos (odontólogos, ginecólogos, oftalmólogos, etc.), a menudo existe un auxiliar de la medicina al que se escucha poco. Se trata de los podólogos, especialmente los podólogos universitarios, que tienen una formación seria y se dedican a su profesión con idoneidad y responsabilidad.
Ellos son indudables aliados del médico diabetólogo y no deben estar ausentes de un equipo de atención diabetológica que se precie de tal.
Los podólogos profesionales van mucho más allá del cuidado de la estética de nuestros pies, y son una pieza clave en la prevención del temido pie diabético o de una de sus manifestaciones iniciales más frecuentes: las úlceras del pie

Las razones de los riesgos del pie

El pie es una estructura vulnerable a diversas lesiones por una serie de aspectos, entre los que vale la pena recordar:
• Menor irrigación sanguínea
• Contacto con la superficie del suelo y con el interior del calzado
• Trastornos de las terminales nerviosas, sobre todo en la diabetes de larga duración, que lleva a pérdida de la sensibilidad (señal de alerta de la existencia de algún daño u objeto que puede ser perjudicial). La pérdida de sensibilidad al calor es particularmente peligrosa.
• Tendencia a modificaciones en el arco del pie, lo que modifica su estructura y predispone a ampollas y ulceraciones.
A estas características deben sumarse otros factores como el empleo de calzado o medias inadecuadas.
• Cuando Ud. concurre al podólogo asegúrese de comentarle que es diabético y no le escatime información de sus lesiones anteriores o el estado de control de la diabetes en el momento de la consulta.
• Solicítele asesoramiento acerca de los productos más convenientes para la piel de los pies (cremas, talcos, etc.)
• No desatienda sus recomendaciones sobre la necesidad de consultar de inmediato al médico, ante la presencia de una lesión que tal vez Ud. considere poco importante. Estos profesionales, en su formación, reciben capacitación acerca de los signos de alarma de lesiones del pie.
Los sí y los no en las etapas previas a la aparición de una úlcera
En la prevención de la úlcera de pie, recuerde que Ud. no debe:
• usar remedios caseros o productos no aprobados por el podólogo o el médico tratante
• emplear calzado duro y muy cerrado
• sentarse cerca de alguna fuente de calor o recurrir a la bolsa de agua caliente o almohadillas eléctricas para calentar sus pies
Por otra parte, Ud debe:
• Abrir primero el agua fría y luego el agua caliente, cuando esté por darse un baño
• Controlar la temperatura del agua de la bañera con el codo, antes de introducir los pies
• Apagar la almohadilla eléctrica o retirar la bolsa de agua caliente antes de acostarse en la cama
• Controlar el aspecto de los pies diariamente
• Consultar al médico ante la menor duda
PODOLOGA MARCELA A. B.

sábado, 16 de enero de 2010

PARONIQUIA o PERIONIXIS

Es un trastorno inflamatorio o infeccioso localizado en los tejidos blandos circundantes a la uña.
Se produce generalmente como consecuencia de una lesión traumática o por una patología previa.Esta anormalidad se presenta preponderantemente en las manos, y con menos frecuencia en los pies, pudiendo ser muy dolorosa y dejar fluir líquido purulento con la compresión.

Factores predisponentes:

Onicofagia ( habito de comerse las uñas)
Traumatismo agudo
Traumatismo crónico o generalizado
Higiene inadecuada
Calzado inadecuado
Manicuría y pedicuría agresivas, colgajo de piel por manipulación de pliegues periungueales cortes de uña inadecuados, usos de quitaesmaltes que afecten la piel, corte o retracción de la cutícula.Irritación crónica por exceso de humedad en tareas domésticas u ocupacionales en contacto habitual con agua, y/o productos químicos, corrosivos, erosivos, u otros sin utilizar protección adecuada. (Lavacopas ,ayudantes de cocina, personas que practican natación, deportistas expuestos a traumatismos, pintores, albañiles, etc.)
El hábito de succionarse los dedos.
Pacientes diabéticos, inmunodeprimidos, o que cursan enfermedades sistémicas o dermatosis, u otras que alteren la continuidad de la piel.
Pacientes con otras patologías preexistentes que afecten a los dedos y/o a las uñas.
El diagnóstico lo realiza el médico, con su tratamiento correspondiente.
El foco infeccioso puede ser visible dentro del pliegue de la uña y/o puede estar debajo de la misma El médico puede indicar un análisis microbiológico, a fin de averiguar que tipo de bacteria u hongo es el causante de la infección.
El facultativo podrá realizar el diagnóstico diferencial ya que existen otras patologías como ser el Síndrome de Reiter ,Psoriasis y en infecciones herpeticas en las que también puede comprometerse la zona proximal del pliegue de la uña, dando un cuadro similar de una paroniquia aguda.
En caso de paroniquia bacteriana el médico puede indicar los antibióticos adecuados, y en casos graves drenará la lesión o realizará tratamiento quirúrgico. En las paroniquias micóticas el médico prescribirá los antimicóticos necesarios e indicará los pasos a seguir.Decidirá asimismo si es necesario extirpar la uña.
La paroniquia aguda es un trastorno tratable teniendo buen pronóstico, la mayoría de los casos resuelve de manera satisfactoria en 7 a 10 días con tratamiento adecuado.En la paroniquia crónica si se puede identificar y corregir el factor predisponente aislado, el pronóstico es favorable aunque el tratamiento médico suele ser más prolongado que la paroniquia aguda, pudiendo llevar varios meses de tratamiento. Lo común es que el problema sea multifactorial y se base en una dermatosis crónica, siendo en estos casos necesario hábitos de protección y una rápida intervención ante signos de recaída. La paroniquia crónica no tratada conduce a un engrosamiento y decoloración con pérdida final de la uña.

Complicaciones:
No son comunes las complicaciones en los casos en los que el paciente concurre al médico precozmente. El problema principal es que se dañe la matriz y quede una cicatriz si no se drena el material purulento tempranamente, esto suele suceder particularmente en los niños.
Otras anormalidades que pueden producirse son surcos y depresiones transversales en la uña(surcos de Beau), pueden llegar a presentarse abscesos, o infecciones más complicadas y afectar incluso a los tendones, a los huesos (osteomielitis), y en ocasiones pueden provocar infecciones en el torrente sanguíneo.
Por lo que se recomienda siempre concurrir al médico.

Se recomienda :

Cortar las uñas en forma recta, no cortar hacia los surcos laterales y procurar que no queden demasiado cortas, ni dejar puntas de riesgo.
Evitar el uso de removedores de cutículas, acetonas, quitaesmaltes, dado que estos son corrosivos y pueden dañar la piel y la cutícula.
Tener en cuenta especialmente no cortar las cutículas, no usar elementos cortantes o punzantes en los surcos ungueales que puedan lesionar la piel.
No raer o comerse las uñas.
Usar guantes de algodón por debajo de los guantes de goma, para mantener las manos secas en las tareas que impliquen contacto permanente con la humedad, uso de detergentes, virulanas, elementos abrasivos, pinturas, etc.
Procurar usar medias de algodón y calzado adecuado según la tarea a desempeñar, a fin de evitar la permanencia de humedad en los pies y la proliferación de hongos y posibles lesiones.
Evitar el contacto excesivo con el frío o calor extremo sin protección en manos o pies.
Para mantener la higiene de las uñas, cepillarlas con un cepillo suave con jabón neutro y abundante agua.
Se recomienda especialmente a los pacientes diabéticos, inmunodeprimidos, en tratamiento oncológico, con escasa movilidad, con patologías dermatológicas, gerontes, etc. y a todas las personas en general visitar periódicamente al podólogo para realizar el correcto cuidado de los pies, fundamentalmente a fin de evitar lesiones, atender las patologías, mantenerlos siempre sanos, y en caso necesario realizar la derivación correspondiente.

Podologa Marcela A.Bermionsolo